miércoles, 20 de abril de 2011

Cita fallida (3)

13.00.
En vez de coger otro autobús, el siete, decido ir andando por la calle Larios. Mi cita con Necmi no es hasta las tres, así que hay tiempo de sobra. Me entretento contemplando a los mimos, gnomos, bailarinas, magos, todos asombrosamente quietos sobre su pedestal. A veces, les echo una moneda. Un brujo me da una bola de la buena suerte. Silbo una cancioncilla, montones de gaviotas revolotean en mi cabeza. Pronto me arrepiento de mi decisión. El tiempo, sol y temperaturas agradables, empeora de pronto. Nubes de aspecto amenazador, un viento frío y húmedo, se ciernen sobre el cielo del mediodía. Y yo, sin paraguas, menuda gracia. Me pregunto si podría coger algún otro autobús. Acelero el paso. Noto entonces que un hombre me está siguiendo. Se trata de un joven extremadamente delgado, con una cicatriz en la mejilla derecha. Lleva unos vaqueros, unas zapatillas Jhon Smith y una chupa de cuero. Las zapatillas no llevan cordones. Probablemente, se los olvidó al salir de la cárcel. Trato de eludirle pero de un modo u otro siempre reaparece, en una esquina, a la puerta de alguna tienda, limpiándose las uñas con una pequeña navaja. Corro, me aventuro por calles estrechas y poco transitadas, ¿cuándo fue la última vez que me robaron? ¿Hace dos, tres años?

1 comentario:

  1. Que conste que soy de barrio, pero si a mí me sigue alguien que se limpia las uñas con una navaja, por pequeña que sea, me meto en casa y no salgo hasta el año siguiente.

    ResponderEliminar