miércoles, 22 de junio de 2011

Hogar, dulce hogar (III)


   A veces, la oigo a hablar por teléfono, lo oyen y lo entienden todo, pueden apoderarse del mundo, y es que desde que perdió la beca anda obsesionada con esa idea, como si estuviésemos conspirando contra el ser humano, cientos, miles de moscas preparando el asalto definitivo, ¿puede haber una idea más absurda que esa?, además ¿de qué serviría?, me pregunto, ahora, mientras observa mis movimientos en el cristal, el mundo está bien así, lo que no me parece justo es ese plazo de vida tan miserable, quince o veinte días y se habrá acabado todo, los aromas, el jugo de la fruta, ¿puede haber algo peor que saber la fecha de tu muerte?
    Pienso en ello una y otra vez, y pienso ahora, mientras se levanta del sillón y se acerca sigilosamente a la ventana, lleva un periódico en la mano, solo quiere eso, una pequeña victoria, desde que le comunicaron lo de la beca ha acabado con ciento treinta y cinco de los nuestras, lo lleva apuntado en la pizarra del comedor, creo que se ha vuelto loca, cree que no me he dado cuenta, así que froto mis patas como si no estuviese pasando nada…, quince o veinte días, ¿no sería mejor seguir fingiendo?

4 comentarios:

  1. Frida, ¿qué te da más pena, la becaria o la mosca? Yo no sabría qué decir. Además, no me toca a mí. :D

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  2. La becaria es la novia del que duerme la siesta, el dueño de Dante, no?
    Voy a ver.

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  3. Me gusta, Sako, que hayas recuperado la casa donde todo empezó.

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  4. Bueno, puede ser también la hermana; la hermana que ha entrado en relaciones con el de la tienda,que ha perdido su trabajo...Omití las referencias para que lo situaras a tu gusto.

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