jueves, 23 de junio de 2011

capitulo afónico

A veces me dan ganas de llorar. En el tiempo afónico cogí la costumbre de apuntar en la libreta la hora exacta y el lugar. Por ejemplo, abres cualquier página: “12 de febrero, 21:08 cocína-cuarto de baño” Esto significa que el 12 de febrero a las nueve de la tarde lloré en el trayecto de la cocina al cuarto de baño, vamos, en el pasillo. No son lloros exactamente, son nudos que se me ponen en la garganta y ganas de llorar que a veces duran unos segundos y en cambio otras me duran toda la tarde. Pero llorar, llorar, nunca. A veces me he ido al cuarto de baño y he intentado llorar mirándome en el espejo para soltar lo que sea de una vez, pero no hay manera. Al contrario, cuando intento hacer un puchero me hace gracia o me siento ridículo y se va el nudo. Todavía sigo apuntando porque me viene bien, me ayuda a entenderlo. Por ejemplo, otra página “22 de noviembre, 11:34 Supermax” Esta me pilló en el supermercado, haciendo la compra, siempre cuando estoy sólo, nunca delante de la gente. Ella sabe donde tengo la libreta, le hace gracia. Ella es diferente, no tiene que hacer esfuerzos por ser positiva, le sale de manera natural, es feliz por naturaleza. Eso es lo que más me gusta de ella, lo envidio, lo admiro. Una vez leí que el bien y el mal están en continua lucha, y poco tiempo después empecé a pensar que el mal había ganado, no me podía quitar la idea de la cabeza y todo lo que veía parecía confirmarlo. Es una idea tonta, pero no consigo sacármela de la cabeza. Otro que era muy positivo era el David, me dejó una copia del coche por si “le pasaba algo” y una semana después se lo llevaron. No uso el coche. Sólo lo arranco una vez por semana y lo cambio de sitio para que lo encuentre en buen estado cuando vuelva, si vuelve, que no va a volver. Otro que se van a llevar pronto es al de el tercero, si no se lo han llevado ya. Sube las escaleras todos los días silbando. Se llevan a los optimistas y nos dejan a los amargados.

2 comentarios:

  1. Esto tiene muy buena pinta, a ver cuándo podemos leer esa novela.

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  2. Sí, siempre se van los mejores, era tan bueno...

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