martes, 22 de marzo de 2011

BookCrossing (final y principio)

Durante unos años estuve perdido, dejé mi trabajo, las clases en el conservatorio, mi piso, el que hay junto a la parada del 60, frente al cine Alameda, cayó en manos del banco, y pronto me ví en la calle, durmiendo con una manta vieja, buscando mi reflejo en las cosas que veía a mi alrededor, pero nada hablaba de mí. Por la mañanas buscaba el libro en los huecos de los árboles, en el metro, en los parques. Todo fue en vano. Parecia que aquel hombre me lo había arrebatado para siempre, el bookcrossing, quien me mandaría meterme en problemas.
Cierta mañana encontré otro libro en el almacén donde solía pasar la noche con otros vagabundos, lo cogí y me lo metí en el bolsillo de mi abrigo. Solo pude ver el título, Allá lejos. Después subí a un autobús. Mientras empezaba a andar, me apoyé en el reposamanos, contemplé las calles, barridas por la lluvia. Sabía que ese libro era algo especial, de modo que, a veces, lo acariciaba, retrasando el momento en el que empezara a leerlo. Entonces, sentí una mirada detrás de mí, la de una mujer que se reflejaba en el cristal, unos ojos verdes o castaños, una mujer hermosa, la mujer que imaginé hace años, cuando me aposté en el Quevedo con unos prismáticos y una revista de crucigramas. No sabía si era la misma, pero decidí que la ficción tenía que formar parte de mi vida otra vez. Entonces el autobús frenó y caí perdiendo el libro, encontrándome con ella a solo tres metros de distancia.

3 comentarios:

  1. Estamos convirtiendo el blog sin darnos cuenta en un espacio donde compartir el hecho creativo.
    Como sigamos así nos lo cierran.
    Yo aviso.

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  2. Eso no puede pasar,ya lo intenté y me fue imposible,aún te recuerdo con aquella escopeta..., bueno, este es un final alternativo, que cada cual escoga el que más le guste. Yo me quedo con la chica.

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  3. Por un lado me encantan las muertes inesperadas, ese puntito negro tan atractivo, pero también me ha encantado el juego de recuperar los momentos estrella de la historia. No sé, no sé. Qué bueno, oye, dos finales, al estilo de Rojas y su Celestina. Felicidades a los dos.

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