lunes, 2 de abril de 2012

Esquela a un funcionario de correos


 La Asociación de vecinos de La Guindalera
 Desea rendir homenaje a Adolfo Zarzas, funcionario de correos, fallecido en el día de ayer.
     Durante treinta años cubrió la zona de Prosperidad  con una eficacia digna de encomio. Era tan diligente que las cartas, en vez de llegar en dos o tres días, lo hacían en unas horas.  A veces, incluso, antes de escribirse. Tu hija piensa casarse,  el niño ha aprobado los exámenes de la universidad, decía con una sonrisa. Una sonrisa cálida y entrañable.   Porque a su diligencia hay que unir su calidad humana. Nunca ahorraba un gesto amistoso, una pregunta amable, cómo está su sobrino, qué tal su artrosis, doña Claudia.
      Y todos asentíamos agradecidos.
    Era un hombre entrañable. Siempre anunciaba su llegada con un silbido. Nada más salir de la oficina de correos, escuchábamos esa canciocilla, que se propagaba como un eco entre las calles. ¡Viene el cartero!, decía Rosa, la de la tienda de comestibles, con una emoción contenida. Y es que Rosa aguardaba impaciente carta de su novio, que se había ido a la capital en busca de trabajo. El bueno de Dimas.
    Y qué poco se quejaba, siempre  con problemas para llegar al final del mes, que si la hipoteca, que si el niño que acababa de nacer, y siempre con esa buena disposición, con ese gesto de audacia que sabía  sobreponerse a las dificultades. Nunca podremos conseguir que nuestras cartas lleguen a  tiempo, pero su recuerdo quedará para siempre en nuestro corazones. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario