jueves, 3 de noviembre de 2011

Todas las horas


    Una hora menos es una hora más. A las cuatro son las tres, a las tres son las dos y así sucesivamente. Por lo que, en realidad, es una hora más todas las horas. Eso significa que, además de este día, transcurrirá otro hasta que pueda verte de nuevo. Qué largo se me está haciendo. Hay horas por todas partes: en el comedor, en la cocina hasta en la terraza.

    No veo la forma de aligerar este día, de hallar consuelo a tantos minutos por delante, así que trato de olvidar escribiendo, que es una forma de exiliarse, de perderse en el tiempo de los otros. He escrito a mis padres, a mi hermana, que vive en Canarias, con su hora de menos y un día que serán tres, he redactado cartas de queja al ayuntamiento, me he puesto a prueba con refranes y aforismos, he hecho cuatro artículos que, en realidad, son cinco porque cuento con una hora de más. O de menos. Porque no hay forma de que el tiempo transcurra como es debido.
   Así que he decidido escribirte, invocar tu ausencia y pasar este tiempo juntos, esta hora que se ha perdido y que se alarga como si fueran dos. Una hora que son todas las horas.

3 comentarios:

  1. me hubiera gustado haber escrito una hora antes este comentario,tal vez por eso no lo escribo una hora despues de haberlo publicado, joder que lio empiezo a confundirme mas de lo que estaba una hora antes pero menos de lo que estare una hora despues,en fin una hora y media mas tarde te doyla enhorabuena por estas lineas llenas de tiempos perdidos y de beesos robados que nunca se nos dieron porque se hizo tarde,un abrazote

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  2. Hace una hora iba a haber un referendum en Grecia. Ahora no.

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  3. Genial!! Me encanta Carlos, para variar...Queda claro que escribir es lo tuyo. Besazo!!!

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