…….Cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte,
en mi triste destierro lloro a solas conmigo,
y agito al sordo cielo mi grito vano y fuerte,
y, volviendo a mirarme, mi destino maldigo,
tener su mismo aspecto, gozar sus compañías,
y envidio el arte de éste, del otro la pujanza,
hastiado aún de aquello que me daba alegrías;………
Willian Shakespeare
Marlowe dixit. Yo soy más de destierro interior.
ResponderEliminarLa fotografía resulta de lo más gráfica. El hombre (y la mujer) de hoy en día también sufre en ocasiones algún tipo de destierro. Con tu permiso, May, voy a continuar el soneto, y cada uno, que busque refugio donde pueda:
ResponderEliminarsi en estos pensamientos mi desprecio me espanta,
pienso en ti felizmente, y entonces mi consuelo
como una alondra a orillas del día se levanta
del mundo oscuro, y canta a las puertas del cielo.
Tal riqueza me ofreces, dulce amor recordado,
que desdeño cambiar con los reyes mi estado.
Marlow/Shakesperare, Marlow /Chandler, no muy reconocidos en su época, grandes autores, asesinatos, violencia, romanticismo. No hay destierro para el que sabe superar las distancias, el elemento mágico.
ResponderEliminarQue giro da el poema en esta segunda parte. No lo conocía.
ResponderEliminarFrida,me ha encantado que hayas continuado el soneto. Cómo dice Bernardino ¡ vaya giro que da!....
ResponderEliminary es verdad.
Y digo que me ha encantado porque continuándolo, lo que empieza siendo dramático y desgarrador ,se convierte en un canto esperanzador.
Frida, gracias por haber dado luz a la foto