sábado, 21 de enero de 2023


 

domingo, 1 de enero de 2023

10 miligramos

 Tenía problemas para dormir. La doctora me prescribió un somnífero y me dio unos cuantos consejos para ayudarme  con el sueño.  Los seguí al pie de la letra.  Hacía ejercicio diario, no tomaba bebidas excitantes y antes de acostarme me relajaba con una ducha de agua caliente. Cuando la angustia aparecía en mitad de la noche, pensaba en cosas agradables. Me imaginaba en una playa solitaria, tomando el sol en una tumbona.  O en un café al resguardo de la lluvia, leyendo el periódico. A veces la veía a ella, a la doctora, encima de mí, los dos en la cama, su pelo suelto. Este pensamiento se volvió recurrente. Nunca el  insomnio me pareció tan benigno. Dos semanas después me cité en su consulta, le dije que seguía sin poder dormir, pero que estaba bien, porque en realidad solo pensaba en ella. La doctora me miró fijamente. Luego me subió la dosis a diez miligramos y me dio cita con el psicólogo."